Una aplicación, normalmente no sabe dónde está situada la rutina de
servicio de la llamada. Por lo que si ésta se codifica como una llamada
de función, cualquier cambio en el S.O. haría que hubiera que
reconstruir la aplicación.

(y la
recuperación del modo anterior en el retorno).
Esto se hace utilizando instrucciones máquina diseñadas
específicamente para este cometido, distintas de las que se usan para
las llamadas de función.
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